Charlie Parker — 4. El camino blanco — J. Connolly
En Carolina del Sur, un joven negro se enfrenta a la pena de muerte acusado de haber violado y asesinado a Marianne Larousse, hija de uno de los hombres más ricos del estado. El caso, que nadie quiere investigar, es el tipo de misterio que se ha convertido en la especialidad del detective Charlie Parker. Este ignora que está a punto de sumergirse en un escenario teñido de sangre en el que se mezclan el espectro asesino de una mujer, un coche negro que espera a un pasajero que nunca llega, y la complicidad tanto de amigos como de enemigos en los sucesos que rodean la muerte de Marianne.
Paralelamente, en la celda de una prisión, el predicador Faulkner trama una venganza contra Parker, para ello utilizará a los mismos hombres a los que el detective está siguiendo, y a una extraña criatura que guarda todos sus secretos en la orilla de un río. Todas estas figuras deberán enfrentarse a su cruento destino final en el lugar donde convergen los caminos de los muertos y de los vivos.
Después de leer esos tres primeros libros, supuse que en algún momento la cosa tendría que ir cuesta abajo en las ideas para la trama. Mi suposición fue errónea. Los malos son cada vez más malos o mantienen el nivel escalofriante de maldad de sus antecesores, lo cual realmente aprecio y aplaudo.
Vale, pues en este libro nos centramos en cómo son (y cómo eran) las circunstancias en el sur de Estados Unidos para los negros. Unas historias fuertes, muy fuertes. Incluyendo asesinatos de toda clase, persecuciones, maltratos, palizas, humillaciones...
«El cielo y el infierno empiezan aquí.»

Louis, al haber crecido en el sur de EEUU, no lo pasó muy bien que digamos, y ése es uno de los hilos que sigue este (espléndido) libro.
Sabremos de venganzas personales y ajenas, actuales y antiguas. Sabremos de lealtades. Sabremos de amores prohibidos, de amores castigados, de "amores" forzados. Envidias. Rencores. Traiciones. Asesinatos impunes...
«Estamos atrapados no sólo por nuestra propia historia, sino también por la historia de aquellos a quienes elegimos para que compartan nuestra vida.»
Tanto los delitos del pasado como los delitos del presente, tienen una intersección. Y nuestros protagonistas lo pasarán bastante mal física y mentalmente para poder resolverlos.

«—Asustarse no es el problema. Lo complicado es no salir corriendo.»
Tiene razón. Los protagonistas se permiten más de una vez sentir temor. No lo esconden. Lo cual es un añadido que nos permite verlos más como personas y menos como personajes.
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