Las cosas que amamos — P. Jenoff


La vida de Charlotte cambia bruscamente el día en que Brian, su exnovio, le pide ayuda en un caso: el millonario Roger Dykmans, hermano de un héroe del Holocausto, ha sido acusado de colaboracionista. Junto con Jack Harrington, hermano de Brian y abogado principal del caso, Charlotte se adentrará en la historia de los Dykmans, enfrentados por el amor de una misma mujer en tiempos convulsos. A medida que el caso empieza a esclarecerse, aparece una nueva encrucijada en la vida de la abogada: ¿por cuál de los hermanos Harrington late su corazón?
Vale, antes que nada me gustaría agradecerles a las chicas que nos nominaron al booktag de Libros Encadenados. Sencillamente porque sin ellas es probable que no hubiera reparado en este libro.


¿Por dónde empiezo? Por lo que sí me gustó, por lo que no me gustó; por lo que no me gustó, por lo que sí me gustó...

Lo que sí me gustó:

1. La trama: tanto la actual (con Charlotte, Jack y Brian como protagonistas) como la de décadas anteriores (con varios protagonistas cada vez). Tengo que decirles que, por si no lo saben ya, tengo debilidad extrema por las historias que tengan guerras de trasfondo. Películas, libros, series, miniseries... que nombren «guerra» en la sinopsis, ya me tienen enganchada y necesito leerlos o verlos. Algunos decepcionan mucho, como es el caso de El ruiseñor. Pero otros muchos son exactamente lo que espero, como es el caso de Las cosas que amamos.

2. Subtrama: Poquita cosa hay que decir de esto en bastantes libros que están proliferando últimamente. O no sé si es cosa de la contemporaneidad. Quizá esto pasaba también antes pero los libros malos se quedaron en el olvido, y por eso parece que no se escribieron tantos... No sé. A lo que iba. En esta obra, el hilo conductor es una pieza de relojería preciosa. Única de muchas maneras. En los capítulos que vayamos hacia atrás en el tiempo (1911, 1961, 1940, 1922...), siempre aparecerá el reloj, que va pasando de mano en mano con herencias, compras, ventas, robos. En cada una de esas manos, el reloj cobra importancia y siempre veremos la historia de las personas que lo rodearon. Capítulos enteros dedicados a construir personalidades, situaciones, contextos históricos. Bravo por Pam Jenoff.

«... mostraba una callada resignación con la que ella podía identificarse.»

3. Protagonistas: Charlotte es una abogada con un pasado brillante que por circunstancias ajenas a su voluntad, se ve enfrascada en un puesto del que disfruta, aunque no se siente realizada. Tiene un gato y amistades, pero no pareja. Brian y Jack son hermanos, adinerados y muy bien parecidos. Con el correr de las páginas iremos conociendo sus distintas personalidades, su pasado y sus proyectos a futuro, sus desgracias y alegrías, sus metas en la vida. Me parecen todos bastante completos como personajes, a pesar de la poca cantidad de hojas.

4. Estilo: Nunca se pone una palabra de más ni por azar. Todo tiene importancia y no hay escenas de relleno. Todo aporta. Y la pluma es bastante fluida al contarnos las cosas, tiene conversaciones largas y no muy espaciadas; pero también abundan los pensamientos y las descripciones funcionales. No llega a aburrir en ningún momento (a mí, al menos), y no pude parar de leerlo hasta ver el fin. 

Lo que no me gustó:

1. Longitud: ¿Verdad que cuando un libro te gusta, no quieres que se termine tan rápido? ¿Verdad que quieres saber más de los personajes? Pues en mi caso, sí. El único sabor amargo que me dejó este libro es el tema de que se ahondara poco en algunas ocasiones. Tanto en los capítulos del mundo actual del juicio contra Roger, como del mundo anterior a estas fechas. Creo que se podría haber explotado todo muchísimo más. Echarle más hojas y más historias. Quizá hasta se podría haber escrito una bilogía... ¡qué penita!

«—Tú eres el gran amor de mi vida.
[...]
—Ojalá lo hubiera descubierto antes de que fuera demasiado tarde.»

Con corazones rotos de todas las maneras imaginables, Las cosas que amamos te hace comprender hasta qué punto es posible confiar en los demás, proteger los intereses de personas que conoces y de las que no conoces... y de las consecuencias de nuestros actos. Para bien o para mal, un sí o un no a mal momento, desencadena montones de cosas que quizá nunca llegaremos a comprender. El efecto mariposa queda bastante claro durante todo el libro.


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