J de Justicia
JUSTICIA: Principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.
Ésa es la primera acepción que aparece pero las demás también son bastante acertadas, a diferencia de otras definiciones... pero ya tocaremos ese tema posteriormente 😉
Las demás acepciones son (entre otras):
Estoy escribiendo esto el día trece de marzo (me gusta requetepensar esta sección) a las once y media de la noche porque acabo de toparme con un vídeo que compartió una amiga en Facebook... y me sentí tan mal, triste e inútil, frustrada e impotente.
Se me escaparon varias lágrimas al verlo. Se me rompió el corazón por toda la gente que sufre sin ser noticia... y por la gente que sufre siendo noticia, pero que solamente ocupa medio segundo en los programas y nadie más recuerda su causa.
Como ser humano, me decepciona nuestra falta de empatía para con nuestros congéneres reales. Me hierve la sangre cada vez que veo a la gente enfurecerse y malgastar tiempo en defender a su OTP en redes sociales (realmente usan demasiado tiempo en todo eso día tras día durante meses, analizando cada mínimo gesto y palabra de actores), en ponerse hipertriste por un libro o por una película... Cuando apenas le dedican un pensamiento al sufrimiento real de personas reales porque parece que no fuera de nuestra incumbencia si ese dolor está fuera de nuestra familia, ciudad, provincia, país, incluso continente. El sufrimiento es sufrimiento.
No digo que eso esté mal sentirse triste por la ficción. Las emociones nos hacen personas de bien. Pero quizá no estemos poniendo las cosas en perspectiva. Por ejemplo, las cuentas de personas famosas tienen millones de likes si la foto es bonita o graciosa; en cambio, si es una explicación sobre alguna ONG o una denuncia pública contra X conducta, los likes bajan considerablemente.
Soy de las que piensan que hay que darles la bienvenida tanto a las negativas como a las positivas. Lo que me irrita mucho, muchísimo, es que no se traslade lo suficiente esa clase de empatía con los seres vivos que realmente existen y pisan esta tierra igual que nosotros, que duermen bajo las mismas estrellas, que se broncean bajo el mismo sol. Amparándonos en que somos seres empáticos con lo que solo pasa en nuestra cercanía, científicamente probado...
Me gustaría que nos importara la justicia. Que nos indignara la dureza de la situación de miles, millones de personas oprimidas por otras personas, que al menos le dediquemos unas horas a pensar en ellas para intentar solucionar algo. Indagar, preguntar, leer sobre el tema, interactuar con organizaciones que pueden necesitar nuestra ayuda aunque sea sólo difundiendo noticias.
La conciencia social es más importante de lo que se cree para conseguir justicia. Hablen de las cosas importantes con familia, amigos, compañeros de clase. Hagan trabajos extra en el instituto que podrían incluso ser recompensados por los profesores. En los colegios, los afiches y cartulinas por los pasillos ayudan a que al menos se sepa que existen seres humanos en continuo sufrimiento.
Les dejo el vídeo que me impactó aquí mismo. No pude encontrar una traducción completa al castellano de lo que dice Yeonmi Park, así que voy a traducirlo debajo en esta misma entrada. Por favor, eschúchenla y mírenla mientras habla.
«Tengo que hacer esto porque no es que yo quiera hablarlo, sino que la gente quería que le dijera al mundo lo que ellos quieren decir.
Corea del Norte es un país inimaginable. Sólo hay un canal de televisión, no hay internet. No tenemos la libertad de cantar, decir, vestir ni pensar lo que queremos.
Corea del Norte es el único país del mundo que ejecutó a una persona por hacer llamadas telefónicas internacionales sin autorización.
Los norcoreanos están aterrorizados en la actualidad.
Cuando crecía en Corea del Norte, nunca vi nada sobre historias de amor entre hombres y mujeres. Ni en libros, ni en canciones, ni en los periódicos, ni en películas se hablaba de historias de amor. No existe Romeo y Julieta. Todas las historias son propaganda para promover a los dictadores Kim.
Nací en 1993 y fui secuestrada al nacer, incluso antes de conocer las palabras "libertad" y "derechos humanos".
Los norcoreanos buscan desesperadamente la libertad y están muriendo por ella en este mismo momento.
Cuando tenía nueve años, vi a la madre de mi amiga ser ejecutada públicamente. Su crimen: ver una película de Hollywood.
Expresar duda sobre la grandeza del régimen puede resultar en que tres generaciones de una familia vayan a prisión o sean ejecutadas. Cuando tenía cuatro años, mi madre me advirtió de que ni siquiera lo susurre. Ni los pájaros ni las ratas podían oírme. Lo admito: creía que el dictador norcoreano podía leerme la mente.
Mi padre murió en China después de que escapáramos de Corea del Norte, y tuve que enterrarlo a las tres de la madrugada en secreto. Yo tenía catorce años. Ni siquiera pude llorar. Me daba miedo que me volvieran a enviar a Corea del Norte.
El día que escapé de CdN, vi cómo violaban a mi madre. El violador era un broker chino. Iba a por mí. Yo tenía trece años. Hay un dicho en Corea del Norte: "Las mujeres son débiles, pero las madres son fuertes". Mi madre permitió que la violasen a ella para protegerme a mí.
Los refugiados norcoreamos, alrededor de 300.000, son vulnerables en China. El 70 % de las adolescentes norcoreanas son abusadas, a veces vendidas por tan poco como 200 dólares.
Atravesamos a pie el desierto Gobi, siguiendo una brújula. Cuando ésta dejó de funcionar, seguimos a las estrellas en nuestro camino a la libertad. Sentí que solamente las estrellas estaban de nuestro lado.
Mongolia fue nuestro momento de libertad. Muerte o dignidad. Armados con cuchillos, estábamos preparados para suicidarnos si nos volvían a enviar a Corea del Norte. Queríamos vivir como seres humanos.
A menudo la gente me pregunta: "¿Cómo podemos ayudar a los norcoreanos?". Hay muchas maneras, pero solamente mencionaré tres por ahora. Una, conciéncense primero ustedes para poder concienciar luego a otros sobre la crisis de derechos humanos en CdN. Dos, ayudar y apoyar a los refugiados norcoreanos que intentan escapar hacia la libertad. Tres, pedir que China detenga la repatriación. Tenemos que echar luz sobre el lugar más oscuro del mundo. No se trata únicamente de los derechos humanos de los norcoreanos, son nuestros derechos los que los dictadores norcoreanos han violado durante siete décadas.
Necesitamos que los gobiernos de todo el mundo presionen más a China para que deje de repatriar. En particular, los delegados chinos de One Young World pueden tomar parte en esto alzando sus voces.
Corea del Norte es indescriptible. Ningún ser humano merece ser oprimido sólo por culpa de su lugar de nacimiento. Debemos concentrarnos menos en el régimen, y más en las personas de las que nos estamos olvidando.
One Young World, nosotros somos los que los haremos visibles. Compañeros delegados, por favor, únanse a mí para hacer que este movimiento para liberar a los norcoreamos sea global.
Cuando estaba cruzando el desierto Gobi, con miedo a morir, creía que a nadie en el mundo le importaba. Parecía que sólo las estrellas estaban conmigo. Pero ustedes le prestaron su atención a mi historia. A ustedes les ha importado. Muchísimas gracias.»
Las demás acepciones son (entre otras):
- Derecho, razón, equidad.
- Conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene.
- Aquello que debe hacerse por derecho o razón.
- Pena o castigo público.
- Una de las cuatro virtudes cardinales (en religión).
Estoy escribiendo esto el día trece de marzo (me gusta requetepensar esta sección) a las once y media de la noche porque acabo de toparme con un vídeo que compartió una amiga en Facebook... y me sentí tan mal, triste e inútil, frustrada e impotente.
Se me escaparon varias lágrimas al verlo. Se me rompió el corazón por toda la gente que sufre sin ser noticia... y por la gente que sufre siendo noticia, pero que solamente ocupa medio segundo en los programas y nadie más recuerda su causa.
Como ser humano, me decepciona nuestra falta de empatía para con nuestros congéneres reales. Me hierve la sangre cada vez que veo a la gente enfurecerse y malgastar tiempo en defender a su OTP en redes sociales (realmente usan demasiado tiempo en todo eso día tras día durante meses, analizando cada mínimo gesto y palabra de actores), en ponerse hipertriste por un libro o por una película... Cuando apenas le dedican un pensamiento al sufrimiento real de personas reales porque parece que no fuera de nuestra incumbencia si ese dolor está fuera de nuestra familia, ciudad, provincia, país, incluso continente. El sufrimiento es sufrimiento.
No digo que eso esté mal sentirse triste por la ficción. Las emociones nos hacen personas de bien. Pero quizá no estemos poniendo las cosas en perspectiva. Por ejemplo, las cuentas de personas famosas tienen millones de likes si la foto es bonita o graciosa; en cambio, si es una explicación sobre alguna ONG o una denuncia pública contra X conducta, los likes bajan considerablemente.
Soy de las que piensan que hay que darles la bienvenida tanto a las negativas como a las positivas. Lo que me irrita mucho, muchísimo, es que no se traslade lo suficiente esa clase de empatía con los seres vivos que realmente existen y pisan esta tierra igual que nosotros, que duermen bajo las mismas estrellas, que se broncean bajo el mismo sol. Amparándonos en que somos seres empáticos con lo que solo pasa en nuestra cercanía, científicamente probado...
Me gustaría que nos importara la justicia. Que nos indignara la dureza de la situación de miles, millones de personas oprimidas por otras personas, que al menos le dediquemos unas horas a pensar en ellas para intentar solucionar algo. Indagar, preguntar, leer sobre el tema, interactuar con organizaciones que pueden necesitar nuestra ayuda aunque sea sólo difundiendo noticias.
La conciencia social es más importante de lo que se cree para conseguir justicia. Hablen de las cosas importantes con familia, amigos, compañeros de clase. Hagan trabajos extra en el instituto que podrían incluso ser recompensados por los profesores. En los colegios, los afiches y cartulinas por los pasillos ayudan a que al menos se sepa que existen seres humanos en continuo sufrimiento.
Les dejo el vídeo que me impactó aquí mismo. No pude encontrar una traducción completa al castellano de lo que dice Yeonmi Park, así que voy a traducirlo debajo en esta misma entrada. Por favor, eschúchenla y mírenla mientras habla.
«Tengo que hacer esto porque no es que yo quiera hablarlo, sino que la gente quería que le dijera al mundo lo que ellos quieren decir.
Corea del Norte es un país inimaginable. Sólo hay un canal de televisión, no hay internet. No tenemos la libertad de cantar, decir, vestir ni pensar lo que queremos.
Corea del Norte es el único país del mundo que ejecutó a una persona por hacer llamadas telefónicas internacionales sin autorización.
Los norcoreanos están aterrorizados en la actualidad.
Cuando crecía en Corea del Norte, nunca vi nada sobre historias de amor entre hombres y mujeres. Ni en libros, ni en canciones, ni en los periódicos, ni en películas se hablaba de historias de amor. No existe Romeo y Julieta. Todas las historias son propaganda para promover a los dictadores Kim.
Nací en 1993 y fui secuestrada al nacer, incluso antes de conocer las palabras "libertad" y "derechos humanos".
Los norcoreanos buscan desesperadamente la libertad y están muriendo por ella en este mismo momento.
Cuando tenía nueve años, vi a la madre de mi amiga ser ejecutada públicamente. Su crimen: ver una película de Hollywood.
Expresar duda sobre la grandeza del régimen puede resultar en que tres generaciones de una familia vayan a prisión o sean ejecutadas. Cuando tenía cuatro años, mi madre me advirtió de que ni siquiera lo susurre. Ni los pájaros ni las ratas podían oírme. Lo admito: creía que el dictador norcoreano podía leerme la mente.
Mi padre murió en China después de que escapáramos de Corea del Norte, y tuve que enterrarlo a las tres de la madrugada en secreto. Yo tenía catorce años. Ni siquiera pude llorar. Me daba miedo que me volvieran a enviar a Corea del Norte.
El día que escapé de CdN, vi cómo violaban a mi madre. El violador era un broker chino. Iba a por mí. Yo tenía trece años. Hay un dicho en Corea del Norte: "Las mujeres son débiles, pero las madres son fuertes". Mi madre permitió que la violasen a ella para protegerme a mí.
Los refugiados norcoreamos, alrededor de 300.000, son vulnerables en China. El 70 % de las adolescentes norcoreanas son abusadas, a veces vendidas por tan poco como 200 dólares.
Atravesamos a pie el desierto Gobi, siguiendo una brújula. Cuando ésta dejó de funcionar, seguimos a las estrellas en nuestro camino a la libertad. Sentí que solamente las estrellas estaban de nuestro lado.
Mongolia fue nuestro momento de libertad. Muerte o dignidad. Armados con cuchillos, estábamos preparados para suicidarnos si nos volvían a enviar a Corea del Norte. Queríamos vivir como seres humanos.
A menudo la gente me pregunta: "¿Cómo podemos ayudar a los norcoreanos?". Hay muchas maneras, pero solamente mencionaré tres por ahora. Una, conciéncense primero ustedes para poder concienciar luego a otros sobre la crisis de derechos humanos en CdN. Dos, ayudar y apoyar a los refugiados norcoreanos que intentan escapar hacia la libertad. Tres, pedir que China detenga la repatriación. Tenemos que echar luz sobre el lugar más oscuro del mundo. No se trata únicamente de los derechos humanos de los norcoreanos, son nuestros derechos los que los dictadores norcoreanos han violado durante siete décadas.
Necesitamos que los gobiernos de todo el mundo presionen más a China para que deje de repatriar. En particular, los delegados chinos de One Young World pueden tomar parte en esto alzando sus voces.
Corea del Norte es indescriptible. Ningún ser humano merece ser oprimido sólo por culpa de su lugar de nacimiento. Debemos concentrarnos menos en el régimen, y más en las personas de las que nos estamos olvidando.
One Young World, nosotros somos los que los haremos visibles. Compañeros delegados, por favor, únanse a mí para hacer que este movimiento para liberar a los norcoreamos sea global.
Cuando estaba cruzando el desierto Gobi, con miedo a morir, creía que a nadie en el mundo le importaba. Parecía que sólo las estrellas estaban conmigo. Pero ustedes le prestaron su atención a mi historia. A ustedes les ha importado. Muchísimas gracias.»
Añado que me acabo de enterar de que Yeonmi Park escribió una autobiografía.
Planeo leerlo pronto y tendrán la reseña ;)
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